Re-encuentros

 
Sucedía en aquellos días, cuando la luz del sol marcaba el día. Luna, noche sombría, destellos, estrellas fugaces, truenos en la lejanía. Silenciosamente el tiempo se diluía en bohíos tabiscados con estiércol de vaca seca, ya no olía. Tablas de palma, cal embarrada con pintura en colores fuertes, tornaban en tonos pardos, tenues; tal como la vida sin prisa. Techado de canas entretejidas en caballete de palos. Piso de cemento gris con su color peculiar o sencillamente tierra aplanada, barrida con escoba de ramos silvestres. Remontando su valor histórico, a su identidad Taína, Africana e influencia Europea. 


Diaria rutina para comer, sembrando, cosechando para subsistir. Lavando atuendos a mano, por encargo. Almidón de yuca para que las costuras y filos no perdieran su forma. Plancha de hierro calentada en las rojizas brazas, de carbón de leña, en un anafe sediento. Humo, vapor, burbujas, jabón de cuaba, batea de madera, cordeles de alambre dulce, bidones para buscar agua, a pie. Rústicas zapatillas “maricutanas” hechas con suela y puntillas, marcaban sus pasos en las calles sin aceras, tierra, polvo, canillas cenizas. 


Continúa…


Esmirna Rivas Tejeda© 2022

Estampas Dominicanas